La arquitecta Lilian Salazar, profesora del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, fue reconocida como Profesora Inspiradora Nacional, del premio David Noel Ramírez Padilla.
Desde hace 28 años, Lilian ha acompañado a diversas generaciones de estudiantes de Arquitectura, siendo parte incluso de la primera generación de la carrera en el campus.
Y de acuerdo con sus propios estudiantes, su pasión por la docencia y su cercanía con los alumnos la han posicionado como una de las profesoras más queridas y respetadas.

“Siempre admiraré su forma de enseñar y el compromiso que transmite hacia cada uno de nosotros.
“Ella demuestra que un buen profesor no solo comparte conocimientos, sino también confianza y entusiasmo, dejando una huella inolvidable en quienes tenemos la suerte de aprender con ella”, menciona la alumna Daniela Cuadros.
Más que enseñar, aprender de sus alumnos
Para Salazar, lo que más disfruta de la docencia no es únicamente impartir conocimientos, sino lo que aprende día a día de sus estudiantes.
“Más allá de enseñar Historia de la arquitectura o Proyectos, mucho de lo que soy ahora se lo debo a los estudiantes, ellos me han enseñado sobre diversidad, inclusión y sensibilidad”, comparte.
A lo largo de su trayectoria, ha enfrentado momentos difíciles que le recordaron la importancia de la dimensión humana en la educación.
Desde atender a estudiantes en crisis de salud mental hasta brindar apoyo a familias, Lilian reconoce que la capacitación constante y la experiencia le han permitido crecer como profesora y persona.
“Muchos de mis mayores retos han sido con crisis en el sentido personal, y luego rebotan en lo académico. El alumno que reprueba rara vez es por falta de capacidad, es más bien porque cargan otras realidades atrás”, afirma.

Inspiración que trasciende
El Premio a las y los Profesores Inspiradores David Noel Ramírez Padilla reconoce el trabajo realizado durante un año, sin embargo, para Lilian es también un reconocimiento a toda su trayectoria.
“Yo prefiero verlo como resultado de los por 28 años de carrera, porque el trabajo que hago hoy es consecuencia de todo lo que he construido”, expresa.
Asimismo, menciona que la ceremonia fue especialmente significativa al contar con la presencia de su familia y colegas, quienes la sorprendieron durante el evento.
“Quiero que comprendan el gran impacto y la diferencia que hacen en una persona a través de su quehacer profesional” .- Lilian Salazar.
Su misión de vida: la accesibilidad e inclusión
Más allá de la enseñanza en el aula, Lilian impulsó la creación de la clínica Arquitect, Entorno Accesible, un proyecto pionero en el campus Ciudad de México que nació junto con su entonces alumna y becaria Angélica Soberanes.
Con este esfuerzo, más de 300 estudiantes de Arquitectura recibieron capacitación en normativa y sensibilización sobre accesibilidad.
Después, evaluaron inmuebles públicos y privados para detectar barreras arquitectónicas y proponer soluciones reales.
Para Lilian, este proyecto marcó un antes y un después en la formación de generaciones de arquitectos.
“Siento que este es el tema que debo difundir en los estudiantes de Arquitectura, que comprendan el gran impacto y la diferencia que hacen en una persona a través de su quehacer profesional”, afirma.

Además, destaca que este sello distintivo ha acompañado a los egresados del campus Ciudad de México, quienes hoy son reconocidos en el ámbito laboral por su compromiso con la inclusión.
“Cuando los estudiantes se sensibilizan primero, buscan las normas por sí mismos y aplican el diseño universal no porque alguien se los pida, sino porque saben que transforman vidas con su trabajo”, señala.
Orgullo EXATEC y un legado en sus estudiantes
Egresada de Arquitectura por el campus Monterrey, Lilian asegura que si pudiera volver a elegir una carrera, escogería la misma.
“La arquitectura es mi vocación, la inclusión es mi misión y la historia es mi pasión”, comenta.
“La arquitectura es mi vocación, la inclusión es mi misión y la historia es mi pasión”.- Lilian Salazar.
Hoy, Lilian Salazar continúa trabajando en proyectos que buscan hacer del Tec un lugar más inclusivo y accesible, convencida de que cada estudiante debe sentirse parte de la comunidad sin importar sus condiciones.
Más allá de los conocimientos, lo que Lilian espera dejar en sus estudiantes es la huella de una relación humana y significativa.
“Ser profesora es ser facilitadora entre la realidad y los estudiantes, no tenemos la verdad absoluta, pero sí la oportunidad de inspirar”, concluye.
LEE TAMBIÉN: